13 mayo 2016

11 Propulsores Interestelares... y pico.

11 Propulsores Interestelares... y pico.

1. Propulsor iónico. 2. Propulsión nuclear por pulsos. 3. Cohetes de fusión. 4. Bussard ramjet. 5. Vela solar. 6. Vela solar magnética. 7. Propulsión por haces de energía. 8. Propulsión por burbuja de materia exótica (warp drive). 9. Agujeros de gusano. 10. Viaje en el hiperespacio. 11. Cohetes de antimateria. [Todos redactados por Galileo] Y pico. Grabitador Quántico [El mío E. C. C.].

Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio es una serie de artículos publicados en el Blog Odisea Cósmica por Carlos Perla Hernández [Galileo] entre el 21 de diciembre de 2009 y el 26 de febrero de 2010, que por su interés como catálogo o muestrario de sistemas teóricos de Propulsión Interestelar, y a modo de homenaje al autor, reproduzco, literalmente.
Hoy por hoy [09/05/2016] algunos de estos sistemas han sido probados [Propulsión por haz de iones, propulsión por vela solar, propulsión por haces de energía] a pequeña escala con disparidad de resultad; algunos siguen perteneciendo al campo de la especulación física teórica y otros solamente son recursos literarios para autores de ciencia-ficción; a esta última categoría pertenecería mi aportación: el Gravitador Quántico.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

En 1961, Yuri Gagarin fue el primer ser humano en llegar al espacio exterior. Ocho años después, Neil Armstrong y Buzz Aldrin llegaron a la superficie de la Luna. Y eso es lo más lejos que cualquiera de nosotros se haya aventurado.

Aparte de los problemas cotidianos, de los presupuestos y de nuestra voluntad política, el mayor obstáculo es que nuestra tecnología de vuelo espacial - los cohetes de propulsión química - simplemente no están a la altura de nuestras expectativas. Apenas nos sirve para el sistema solar, aunque las misiones hacia el sistema solar exterior tardan años en llegar.

En lo que se refiere a visitar otras estrellas, sencillamente olvidémoslo. Como un ejemplo, la cápsula lunar del Apolo 10 es todavía el vehículo tripulado más rápido de la historia, después de haber alcanzado una velocidad máxima de 39.895 km/h. A esta velocidad, se necesitarían 120.000 años para cubrir los 4 años luz que nos separan de Alpha Centauri, el sistema estelar más cercano.

Por eso si queremos explorar las profundidades del espacio y viajar a Alfa Centauri y más allá, vamos a necesitar nuevas tecnologías de vuelo.

Las tecnologías varían mucho en su factibilidad. Existen algunas, que más o menos podemos comenzar a construirlas mañana si queremos, mientras que otras pueden ser prácticamente imposibles.

1: Propulsor iónico


Los cohetes convencionales expulsan gases de escape de su parte trasera a grandes velocidades, generando así un empuje. Los sistemas propulsores de iones utilizan el mismo principio, pero en lugar de utilizar gases calientes como fuente de empuje, arrojan un haz de partículas cargadas eléctricamente, o iones.

Los motores iónicos proporcionan un impulso muy bajo, pero básicamente utilizan mucho menos combustible que un cohete para conseguir el mismo empuje. Son muy útiles siempre que se disponga del tiempo suficiente para acelerar la nave de forma constante, finalmente se consigue acelerar la nave a altas velocidades.

Ya han sido utilizados en varias naves espaciales, como la sonda japonesa Hayabusa y la misión lunar SMART-1 de la ESA, y la tecnología ha ido mejorando constantemente.

Una variante especialmente prometedora es el motor de empuje variable magnetoplásmico variable impulso (VASIMR). Este motor funciona mediante un principio un poco diferente de los demás propulsores que aceleran los iones mediante un intenso campo eléctrico. En cambio, VASIMR utiliza un generador de frecuencia de radio, similar a los transmisores utilizados para emitir programas de radio, para calentar los iones a un millón de grados celsius.

Para ello, se aprovecha de un poderoso campo magnético, como el producido por los imanes superconductores en el motor, los iones giran a una frecuencia determinada. El generador de frecuencia de radio es sintonizado entonces a esta frecuencia, inyectando una energía extra a los iones para incrementar considerablemente el empuje.

Las pruebas iniciales han sido prometedoras, y si todo va bien, VASIMR podría ser utilizado para transportar a seres humanos a Marte en sólo 39 días.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 21 de diciembre de 2009


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

2: Propulsión nuclear por pulsos 


Si algunas de las ideas expuestas en esta serie de artículos son un poco inverosímiles, esta podría ser tal vez irresponsable. El fundamento de la propulsión nuclear por pulso es explosionar bombas atómicas lanzadas en parte trasera de la nave periódicamente para obtener así un impulso.

La propulsión nuclear por pulsos fue estudiada seriamente por la Agencia de la tecnología militar del gobierno de Estados Unidos DARPA, Bajo el nombre de código Proyecto Orion. El objetivo era llegar a un diseño para el viaje interplanetario rápido.

La propulsión por pulsos nucleares desarrollada en el programa Orion hacía que el peso de la nave dejase de ser un problema.

El diseño de DARPA es mastodóntico incluso para los estándares de hoy, y fue construido para ser un amortiguador gigante, capaz de soportar fuertes sacudidas junto con un fuerte blindaje para proteger a los pasajeros de la radiación.

El proyecto resultó técnicamente viable, sin embargo existían serias preocupaciones sobre las explosiones nucleares en la atmósfera que implica el despegue de una nave de este tipo. El proyecto fue abandonado finalmente en la década de 1960 al entrar en vigor la primera la prohibición de ensayos nucleares.

A pesar de estas preocupaciones, el diseño de Orion sigue siendo capaz de construirse con tecnología de los 60, no obstante algunos investigadores siguen aportando nuevos enfoques para la propulsión nuclear por pulsos. En teoría, una nave propulsada por bombas nucleares podría alcanzar hasta un 10% de la velocidad de la luz, lo suficiente como para hacer viable un viaje a las estrellas. A esa velocidad llegar a la estrella más cercana podría lograrse en sólo 40 años de viaje.

Verosimilitud: perfectamente posible, aunque algo peligroso.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 4 de enero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

3: Cohetes de fusión 


La propulsión por pulsos nucleares está lejos la única tecnología de vuelo que depende de le energía nuclear.

Por ejemplo, los cohetes nucleares podrían usar el calor generado por un reactor de fisión para expulsar gases y proporcionar empujar. Pero en términos de potencia, este tipo de cohetes palidecen al compararlos con los cohetes de fusión.

La nave del Proyecto Dédalo alcanzaría un 12% de la velocidad de la luz.

La fusión nuclear, en la que se fuerza a unirse a los núcleos atómicos, podría proporciona grandes cantidades de energía. La mayor parte de los diseños de fusión producen las reacciones confinando núcleos en una estructura que genera campos magnéticos llamada Tokamak.

Desgraciadamente los tokamaks son prohibitivamente pesados, por lo que los cohetes de fusión nuclear deben enfocarse en otro método para producir la fusión nuclear, llamado fusión por confinamiento inercial.

Este diseño reemplaza los campos magnéticos de tokamak con haces de energía de alta potencia, normalmente generados por lásers. Estos haces golpean un pequeño cartucho de "combustible" tan intensamente que sus capas exteriores explotan. Éstas a su vez aplastan las capas interiores provocando la fusión. Los campos magnéticos podrían dirigir entonces el plasma resultante hacia la parte posterior de la nave generando un empuje. Este sistema de propulsión es un cohete de fusión.

La nave Dédalo sería construida en la órbita terrestre y tendría una masa inicial de 54.000 toneladas, incluyendo 50.000 toneladas de combustible y 500 de carga científica.

Los cohetes de fusión de este tipo fueron explorados mediante el famoso Proyecto Dédalo (Daedlus) de la década de los 70. Eran la base de una nave capaz de viajar a otra estrella en un tiempo de sólo 50 años, un viaje de una duración menor a una vida humana, en el que sería razonable que un ser humano sobreviviese.

Pero existe un serio contratiempo: después de décadas de trabajo todavía no tenemos un reactor de fusión funcional.

Factibilidad: posible, pero todavía a varias décadas en el futuro como poco.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 5 de enero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

4: Bussard ramjet 

El Bussard Ramjet básicamente recoge iones del espacio para después fusionarlos.

Todos los cohetes, incluyendo los cohetes de fusión, tienen el mismo problema fundamental. Para obtener más aceleración, es necesario llevar más combustible, lo que hace que la nave pese más, y consecuentemente se reduce su aceleración. Si nos tomamos en serio el viaje interestelar, Debemos evitar llevar cualquier tipo de combustible.

El Bussard ramjet, Sugerida por el físico Robert Bussard en 1960, resuelve claramente este problema. Se trata de un cohete de fusión tal como describimos anteriormente, pero, en lugar de llevar su suministro de combustible nuclear, ionizaría el hidrógeno del espacio circundante, y a continuación, lo succiona mediante de un gran "campo electromagnético" (véase la ilustración de abajo).

Un problema para el estatorreactor, o ramjet, aparte del mencionado para el reactor de fusión es la magnitud requerida del campo electromagnético. Porque hay tan poco hidrógeno (o cualquier otra cosa, para este propósito) en el el espacio interestelar, que el campo tendría que tener cientos o incluso miles de kilómetros de diámetro.

Una posible "trampa" es lanzar previamente desde la Tierra combustible para el estatorreactor en una trayectoria cuidadosamente calculada, de forma que la nave pueda recogerlo sin la necesidad de un campo magnético tan grande. Sin embargo, esto significaría que el ramjet no podría desviarse de su curso previsto, y el camino de ida y vuelta a las estrellas bastante difícil.

Verosimilitud: gran desafío técnico.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 6 de enero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

5: Vela solar 


Esta es otra tecnología que prescinde del problema de transporte de combustible y por lo tanto podrían llegar a velocidades muy altas, aunque llevará tiempo para conseguirlo.

Al igual que las velas convencionales recogen la energía de los vientos de la atmósfera de la Tierra, las velas solares obtienen su energía de la luz procedentes del Sol. Las velas Solares se han probado con éxito en cámaras de vacío en la Tierra, Pero los intentos de someterlos a prueba en órbita han estado plagados de infortunios.

En la vela solar la corriente de fotones procedentes del sol proporciona un empuje muy bajo, pero sostenido.

Por ejemplo, en 2005, la Sociedad Planetaria independiente, con sede en Pasadena, California, envió una nave llamada Cosmos 1, Pero el cohete que la llevaba al espacio falló y se estrelló. Otra misión la llamada NanoSail-D También se perdido debido un fallo en el cohete.

A pesar de los problemas iniciales, las velas solares siguen siendo un tecnología muy prometedora - Al menos para los viajes en el sistema solar, donde la luz del sol provee la fuerza de empuje. Los seres humanos pueden pesar demasiado para para viajen a las estrellas a corto plazo.

Verosimilitud: totalmente posible, pero limitada.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 7 de enero de 2010.  


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

6: Vela solar magnética


Una variante de la vela solar, es la vela magnética, que es empujada por el viento solar en lugar de por los fotones solares.

El viento solar es una corriente de partículas cargadas que tienen su propio campo magnético. Una idea para aprovecharlo es rodear la nave con un campo magnético que repela el viento solar, y por tanto que propulse la nave hacia el exterior del sistema solar. Esto podría conseguirse hinchando un pequeño campo inicial con plasma, como en un globo.

Otra variante es la "telaraña espacial", que utiliza cables cargados positivamente y que se extienden desde la nave para repeler los iones positivos pesados del viento solar.

Telaraña espacial. La carga eléctrica emitida por los cables reaccionan con el viento solar (que viaja a unos 500 km/s) para generar aceleración.

Las velas magnéticas, o tecnologías similares, pueden usarse para navegar en los campos magnéticos de los planetas, permitiendo así cambios de órbita e incluso escapar al espacio interplanetario.

Sin embargo, nuestro por si mismas, las velas solares o magnéticas no son apropiadas para el viaje interestelar. Puesto que no permiten alejarse mucho del Sol, ya que tanto la intensidad del viento solar como su luz disminuyen con rapidez. Por esto no puede conseguirse las velocidades nesarias para el viaje interestelar.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 9 de enero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

7: Propulsión por haces de energía 


Si el sol no suministra energía suficiente para impulsar una nave interestelar alta velocidad, tal vez podamos hacerlo nosotros mismos, mediante el envío de un potente haz de energía hacia el espacio.

Una de estas tecnologías de propulsión por haces de energía, es la ablación por láser, en el que una placa de metal de la nave es vaporizada por un poderoso láser que se transmiten desde el suelo. El vapor del metal proporciona la orientación.

De una forma parecida, el físico y autor de ciencia-ficción Gregory Benford y su hermano James han propuesto dotar a una nave espacial con una vela solar cubierta con una pintura especialmente diseñada. Un haz de microondas desde la Tierra impactaría en la vela de manera que al hervir las moléculas de la pintura se generase empuje. Esto podría facilitar que los viajes interplanetarios fueran más rápidos.

Otra versión que se podría utilizar para moverse por el sistema solar sería el uso de haces de propulsión por plasma magnetizado, en el que una nave espacial con una vela magnética es impulsada por un haz de iones.

Cuando se trata de viajes interestelares, el mejor enfoque podría ser un láser que presione una vela ligera. La primera propuesta de este tipo la realizó Robert Forward en artículo de 1984, sería como una vela solar que impulsada por la luz, sólo que la luz sería aportada por un potente láser.

Un haz láser de propulsión plantea varios retos fundamentales. El haz debe centrarse con precisión a distancias muy grandes, la nave deberá ser capaz de utilizar casi todos los fotones de la energía suministrada, sin pérdidas, y el haz de propulsión suministrado tiene que ser enormemente poderoso - en algunos casos, la cantidad de energía necesaria sería mayor a la producción total de energía de nuestra actual civilización.

Verosimilitud: extremadamente difícil.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 11 de enero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

8: Propulsión por burbuja de materia exótica (warp drive) 


Este tipo de propulsión es esencialmente la misma que la de Star Trek. Fue propuesta por primera vez en 1994 por Miguel Alcubierre, un físico de la Universidad de Gales en Cardiff.

Este tipo de propulsión utilizaría la "materia exótica": un conjunto de partículas todavía no descubiertas que tienen masa negativa y que ejercen una presión negativa. De esta forma podría distorsionarse él espacio-tiempo, provocando que el espacio situado delante de la nave se contrajese, y el situado por detrás se expandiese. La nave espacial estaría envuelta en una nube de estas partículas, y podría viajar realmente más rápido que la velocidad de la luz sin violar las leyes de la relatividad.

La increíble propulsión de Star Trek analizada por la ciencia.

Desgraciadamente, este tipo de propulsión es un nido de problemas. Por un lado, la cantidad de energía necesaria para sostener esta propulsión es mayor que la energía total del universo, aunque podría ser de utilidad modificar la forma de la burbuja. Este sistema de propulsión también liberaría mucha radiación, que además amenazaría las vidas de los astronautas. Ni siquiera existe evidencia de que esa materia exótica exista.

Un conjunto de cálculos publicados en 2002 mostraron que sería imposible que la nave enviase señales hacia el frente de la burbuja, lo que implicaría que los tripulantes no podrían controlar la nave, siendo incapaces de girar o detenerla. De hecho, parece que aunque pudiéramos disponer de cantidades inmensas de energía, sería físicamente imposible generar semejante burbuja.

Viabilidad: aparentemente imposible.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 20 de enero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

9: Agujeros de gusano 


Desde que la Teoría General de la Relatividad fue ampliamente aceptada, ha quedado claro que se permite la existencia de agujeros de gusano: atajos en forma de túnel entre puntos diferentes del espacio-tiempo. El término fue acuñado por el físico cuántico John Wheeler, que también es el padre del término "agujero negro".

La pregunta es: ¿existen realmente? Y si es así, ¿podríamos viajar a través de ellos? Desgraciadamente, la respuesta a ambas preguntas podría ser "no".

En teoría un agujero de gusano conectaría dos regiones distintas del espacio-tiempo.

Para que exista un agujero de gusano, tendría que estar estabilizado por algún tipo de materia exótica como la que hacíamos referencia en la entrada anterior, y puede que esa materia ni siquiera exista.

Por lo tanto, toda la materia o energía que instalarse en un agujero de gusano provocaría inmediatamente que se cerrase, aunque podría ser posible mantener abierto el agujero de gusano con un extraño campo de energía negativa llamado la radiación fantasma.

Sin embargo, un tipo distinto de agujero de gusano, propuesto por el físico Serguei Krasnikov en la década de los 90, podría ser transitable. La versión de Krasnikov es autosustentable, puesto que produce su propia materia exótica para mantenerse abierto.

Existe otra objeción importante al concepto de agujeros de gusano. Si pudieran utilizarse para transportar materia a través del espacio, podrían utilizarse para crear un tipo de máquina del tiempo. Esto violaría las leyes de causa y efecto.

Viabilidad: virtualmente imposible.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 22 de enero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio .

10: Viaje en el hiperespacio 


Si el universo tuviera una dimensión espacial más de las tres que observamos, podría ser posible propulsar una nave a través de ella, quizá a velocidades extremas. Sin embargo, esta idea proviene del trabajo de un oscuro físico llamado Burkhard Heim, cuyas ideas nunca pasaron un análisis detallado. Los trabajos de Heim tienen poco crédito entre los físicos modernos por ser bastante incomprensibles.

Viabilidad: virtualmente imposible.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 17 de febrero de 2010.


Sistemas de propulsión para viajar más lejos en el espacio.

Y 11: Cohetes de antimateria 


Una idea para propulsar naves a grandes velocidades en el espacio es el uso de antimateria.

La colisión de partículas y antipartículas es el proceso más energético del universo, bastante más que las reacciones de fusión nuclear. En teoría unos pocos gramos de antimateria serían suficientes para un viaje interestelar.

Sin embargo, en nuestro universo no observamos fácilmente antimateria, entre otras cosas porque casi instantáneamente chocaría con la omnipresente materia aniquilándose en un poderoso estallido de rayos gamma.

La antimateria en la naturaleza fue descubierta por el físico norteamericano Carl Anderson en 1933. Anderson detectó antiprotones en los rayos cósmicos, pero no fue hasta 1955 cuando los científicos pudieron crear antimateria por primera vez en el laboratorio.

Es posible generar antimateria en los aceleradores de partículas en nuestro planeta. Sin embargo, la realidad hasta ahora es que en estas instalaciones la vida de estas antipartículas es cortísima puesto que colisionan rápidamente con partículas de materia. Además el costo de tan sólo un miligramo sería prohibitivo, se estima entre 10.000 a 15.000 millones de dólares.

Otro importante problema sería cómo almacenar la antimateria. Esto podría hacerse en trampas de confinamiento magnético, en las que debería existir un vacío perfecto y la existencia de campos magnéticos que retuvieran las partículas y evitasen que colisionaran con las paredes de materia del depósito. Esto sólo podría ser válido para partículas cargadas como el antiprotón o el positrón, por ejemplo. Sin embargo, sería inútil para antipartículas neutras como es el caso del antineutrón.

Otro problema es que la tremenda energía generada por la aniquilación de antimateria en una nave provocaría un poderoso efecto de retroceso, y una aceleración de muchas g, que tendría un efecto potencialmente peligroso para los tripulantes de la nave.

Investigadores de la Universidad de Penn State han concebido un motor de antimateria para propulsar la nave. También sería necesario incorporar un sistema de amortiguadores lo suficientemente robusto como para sobrevivir a las colisiones de materia-antimateria y que además pudiese proteger a la tripulación.

Publicado por Galileo en Odisea Cósmica el 26 de febrero de 2010



Y pico: Grabitador Quántico


Basado en la capacidad que tiene la gravedad para alterar el espacio-tiempo, aprovecharía la energía del vacío quántico mediante la utilización del Efecto Casimir [Dinámico] producido a gran escala en el interior de un inmenso sistema de esferas dieléctricas, múltiple [Muñecas rusas/cebollas] y concéntricas fabricadas con meta-materiales y con diferencias de grosor infinitesimales que, al aproximar o separar [Distancias nanométricas] las paredes de las esferas al girar en diferentes direcciones, generarían el espacio electromagnético de Rindler en el que sería posible producir una versión amplificada del Efecto Casimir [Dinámico] que por medio de la sincronización de las longitudes de onda de la vibración que produce la materia al ser atravesada por las ondas del campo gravitacional impulsaría la nave a través del espacio usando las mismas ondas del campo gravitacional cuantizado del vacío como fuente de energía y medio, "carretera" o superficie de desplazamiento.







Odisea Cósmica es un blog de noticias y artículos sobre astronomía y astronáutica que nació como un proyecto personal de Carlos Perla Hernández el 25 de octubre de 2008.

Galileo [Carlos Perla Hernández] es el editor principal de Odisea Cósmica, español afincado en México y aficionado a la astronomía desde pequeño, ha asistido a múltiples congresos y seminarios de astronomía y ha participado activamente en la comunidad astronómica aficionada desde 1981, realizando múltiples artículos y charlas de divulgación. Ha colaborado como redactor y traductor en www.astrored.org www.sondasespaciales.com www.astroseti.org y Ciencia@NASA.

Así mismo participó como editor de Odisea Cósmica en la edición de la Campus Party México 2010. 

Aunque el Blog Odisea Cósmica ha permanecido inactivo desde el 17 de diciembre de 2012 la mayoría de sus aportaciones siguen siendo validas hoy en día [13/05/2016].

1 comentario:

Héctor Barceló dijo...

Muy buen artículo, es lo que estaba buscando.